Quiero hacerlo.

Qué fuerza se posa en mi mente que hace que fríamente yo actúe. Dibujo en mis pupilas las cosas que quiero, pero, me encuentro con la nada, mi cuerpo no responde a mis exigencias, y en mis ojos todavía la añoranza. Me detengo, me distraigo, camino hacia los lados, hasta me vuelvo romper el corazón, pero no, no tomo con mis manos ardidas aquello que veo; cosa que está tan cerca y siento tan lejos. Mis manos no responden, mi mente me coloca en un laberinto. ¿Qué fuerza se posa en mí? ¿Qué condena lastima mi espalda?