Yo vi los 12 trabajos de Hércules.
Lo vi haciendo los 12 trabajos de Hércules
pero no llegó a ser un Dios.
Me guió por los caminos donde se pintaba todo con esfuerzo.
La constancia, es la palabra que se colaba en sus zapatos y en sus manos.
La necedad, la que lo llevó al éxito y a tropezarse.
Lo ví convirtiendo a la juventud, en futuro.
Ví cómo alguien podía regir el destino,
por fin,
pude decir que no existe.
Conocimos la alegría en varios viajes,
hicimos de las carreteras nuestras y junto a ella, una familia pequeña.
Descubrí sitios que no sabía que existían, pese que están marcados en un mapa.
Bebimos gasolina, ni siquiera de avión y cantamos rancheras, románticas, y
otras canciones que sacan el corazón como si fuese un ID.
En mi curriculum está que pertenecí a cierta parte de los trabajos de Hércules,
aunque él no llegó a ser un Dios.
Nos vimos en picada,
nos vimos en las malas,
saboreamos la amargura,
la distancia,
las derrotas
y
los perdones.
Escribí poemas por culpa de él,
vimos almas en penas,
conocimos el miedo
nos reímos pasando la frontera
compartimos sueños
llegamos a ser niños,
llegamos a ser adultos,
y sobre todo fuimos burlones
y hasta prófugos.
Héroes justicieros, también.
y sobretodo
sobre todo,
fuimos hombres,
fuimos humanos.
En mis bolsillos guardé hasta algunos cigarrillos que nos quedaron pendientes,
que temo decir, son secretos aún.
Hay algo que me salva y,
es decir,
que no pudo ser un Dios griego,
porque eso pasó a ser mentira
y
él apostaba siempre por sus creencias
y se fue
siendo un poco egoísta,
a ser
un
Ángel.
A otro ángel que tengo en el cielo.
Todo comenzó con mi tío Fidel, que me ha protegido mucho. Ahora siento, que Ángel, es otro ángel. La vida es egoísta, o nos parece que es así. Yo estoy feliz, porque igual descubrí que no existe el destino, o ahora lo creo más así.
Vuela alto, más allá de lo imaginable.
Feliz todo.
pero no llegó a ser un Dios.
Me guió por los caminos donde se pintaba todo con esfuerzo.
La constancia, es la palabra que se colaba en sus zapatos y en sus manos.
La necedad, la que lo llevó al éxito y a tropezarse.
Lo ví convirtiendo a la juventud, en futuro.
Ví cómo alguien podía regir el destino,
por fin,
pude decir que no existe.
Conocimos la alegría en varios viajes,
hicimos de las carreteras nuestras y junto a ella, una familia pequeña.
Descubrí sitios que no sabía que existían, pese que están marcados en un mapa.
Bebimos gasolina, ni siquiera de avión y cantamos rancheras, románticas, y
otras canciones que sacan el corazón como si fuese un ID.
En mi curriculum está que pertenecí a cierta parte de los trabajos de Hércules,
aunque él no llegó a ser un Dios.
Nos vimos en picada,
nos vimos en las malas,
saboreamos la amargura,
la distancia,
las derrotas
y
los perdones.
Escribí poemas por culpa de él,
vimos almas en penas,
conocimos el miedo
nos reímos pasando la frontera
compartimos sueños
llegamos a ser niños,
llegamos a ser adultos,
y sobre todo fuimos burlones
y hasta prófugos.
Héroes justicieros, también.
y sobretodo
sobre todo,
fuimos hombres,
fuimos humanos.
En mis bolsillos guardé hasta algunos cigarrillos que nos quedaron pendientes,
que temo decir, son secretos aún.
Hay algo que me salva y,
es decir,
que no pudo ser un Dios griego,
porque eso pasó a ser mentira
y
él apostaba siempre por sus creencias
y se fue
siendo un poco egoísta,
a ser
un
Ángel.
A otro ángel que tengo en el cielo.
Todo comenzó con mi tío Fidel, que me ha protegido mucho. Ahora siento, que Ángel, es otro ángel. La vida es egoísta, o nos parece que es así. Yo estoy feliz, porque igual descubrí que no existe el destino, o ahora lo creo más así.
Vuela alto, más allá de lo imaginable.
Feliz todo.
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