Volví a Rayuela.

Me quedé pensando en la París de Rayuela. Me quedé en ella, pasee un rato por ella. He vuelto a saborear la amargura y la dulzura de sus cafeterías, también he obtenido el tiempo para ver los parques, todas las aceras y calles. Ha sido inmediato que me asomé, que entré, que me volví un escabullirse en el cuerpo de o en lo que fue Julio. Ha sido un disparo, mi acento se cambió, se moldeó y solamente me falta un gato para ponerme a fantasear. Y no deja de ser poesía el desorden en el cual me encuentro. Al lado está a quien Julio llamaría su maga, sus cafés por las mañanas. Y lo poético es que yo también puedo hacerlo, pero esta maga ha jugado bien las cartas, diría yo, y también le quitaría un poco el olor a cigarro. Le agregaría viajes en sus ojos de miel y en sus piernas esperanzas. Para resumir la diferencia; un montón de cosas. Dejo el café, los bares y los incontables momentos buenos, ella es mi maga y también es relinda. En fin. Todo es sumamente poético, y lo sé porq...