Lilith y Eva
Dime; ¿fue un pecado morder tu manzana?
El río pareciera nunca parar de correr,
llega la mañana y los aviones que tomé para verte, y me pregunto, cuándo dejarán estas imágenes en mi cabeza de atacarme. Porque siento que tanta dulzura no la volveré a encontrar jamás.
Dios, ¿Acaso me gané una condena por tomar a la primera mujer?
Porque volví a Lilith en Eva y a Eva en Lilith…
¿He pecado por saborear al cielo y a la vez pasear por los lados más calientes del infierno?
¿Por qué no puedo dejar de ver el metro sin melancolía?
Si es parte de mi ciudad.
Cerrar los ojos y ver tus manos siempre cuidadas,
Ver la cocina y ya no ver la silueta que cocinaba los platos más grandiosos de la tierra.
¿Cómo existe una cama tan vacía?
¿Cómo se vuelven tan tristes las astromelias?
Me pregunto si te harás los tatuajes de curitas en tus rodillas
porque sé que te quedarían.
Claro que a veces pienso en las infinitas posibilidades que no pasaron, como si esto o aquello hubieran podido calmar la marea.
Ha sido toda una mezcla de creencias
de búsquedas sin parar,
Porque no puedo evitar pensar en quién fui mientras estuve allí,
¿Pero y ahora?
Es que todo se puso en duda
y cómo detesto flaquear…
Cómo detesto ahora dudar.
Al parecer en el mundo nunca habrá una verdad,
y por eso la duda siempre es dueña de la realidad.
Pero yo sí creo que fuiste la primera mujer;
Lilith,
Eva.
Ya no culpo a nadie,
pero sigo enojado con el tiempo
y es que mirar atrás es un viaje eterno.
Las caras se transformaron
las vibras
los lugares
y la juventud es otra cosa.
Por eso no hay pelea contra el si he fallado
la única pelea es conmigo y el mañana
porque ya sólo quedan las memorias olvidadas
las canciones olvidadas
ahora solo viajan las sombras de lo que fue un cuento de hadas.
Ya no vale nada,
y descubrí que fuiste la primera mujer
pero no Lilith
pero no Eva,
eras tú y lo que fue mi verdad.
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