Un Día Como Dylan, Tal Vez
Tal vez si fueran los 70s y 60s no me importaría volver al cigarro, sin dudas fumaría sin preocupación. Vestiría sin pensar tanto, porque no había tanto estilos en ese entonces. Seguro iría con más rapidez a una chaqueta negra, una franela presentable, una boina.
Ir al bar sería barato, y escribir fumando en cualquier sitio sería de lo más normal.
Aunque siendo sincero, que no se pueda fumar en cualquier sitio es necesario, por más que a mí me encanta el olor a cigarrillo no podría aguantar un vuelo lleno de humo, o eso digo yo,
que ahora no soy un fumador.
Sigue habiendo la necesidad de escribir sobre la política, sobre el mundo actual. Se sigue escribiendo sobre amor y desamor, en eso no cambiamos nunca, porque al final por eso vivimos. En este ámbito no necesito regresar al pasado, sigue teniendo la misma mística, siguen habiendo los mismos miedos, se sigue cometiendo las mismas estupideces. Irónico que las emociones trascienden el tiempo. Pero es así, como así también trasciende la música que sería redundar sobre las emociones.
Entonces bebo cerveza, y sin fumar me siento como Dylan, como aquel hombre que pudo vencer la confusión entre la evolución y la conformidad. Y así como él espero gastar mi brazo entre tanto escribir. Sean poemas o canciones, sean relatos o intentos de novelas, pero escribir.
Tal vez entonces vuelva a la política, a escribir sobre el mundo como si fueran los 60s y estuviéramos luchando por miles de derechos que aunque se han ganado hoy en día se han perdido otros. Entonces podría escribir con miles de cigarrillos en la mano sobre los miles de problemas que hoy en día se viven, con el extra de que también soy un migrante. Podría sacar miles de miedos que se han creado con los años fuera del hogar. Como Dylan también haría escritos sobre mis amores de una manera poética e indescifrable, al mismo tiempo me vendería al mercado y manejaría en una moto sin rumbo.
Puede que vestir de Dylan por un día sea una magnífica idea, así sería más fácil ser un Rolling Stone. Así podría tocar las puertas del cielo, así podría ser un inmortal con la guitarra, así podría tener un nobel, así podría ser un trovador más, infinito, ganador, perdedor, único.
Vivir como Dylan,
escribir y escribir.
La esencia y elementos de unas épocas doradas: llenas de rebelión, fuerza y libertad, de cuestionamientos y desvestir verdades que se presentaban, muchas veces, como absolutas. Hermosa época para el arte en general y en otros aspectos, también. Seguí escribiendo y compartiendo con el mundo y la Vida tanto universo interior ¡Que las letras sean tus alas, hoy y siempre! Saludos.
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