Memoria y Cuenta

 Arrancarse la oscuridad para encontrar un balance con la luz fue una tarea difícil. Al igual que poder rencontrarse con ese apellido que pensabas fallido, tomarlo y darle un nuevo significado, el tuyo

A lo largo del año he tenido que salir herido para que al momento de curar esas heridas, como si fuera un guerrero poder salir mas fuerte. En eso podría resumir un año lleno de un camino largo de introspección, uno donde pude recordar y conectar nuevamente con Cerati, que sin duda alguna es parte de mi ser. Un camino donde pude evocar esa pasión por la pelota, uno donde me permitió leer con goce y escribir con la tinta permanente de mi sangre. 

Encontrarme ha sido necesario para poder seguir creciendo, para quitarme las ataduras que da el pasado, quitarme esos vestigios que parecen ciclos interminables, que puedo decir: Lo son, terminan. Así que puedo comprender con mas suavidad los errores que no son míos, pero que a veces se cuelan en la sangre. Así también termino de entender, que cortando esos ciclos me vuelvo aún mas libre. Siendo libre me permito soñar aun mas, con esas cosas románticas que pienso desde los 20s. 

Sigo peleando con miles de miedos, y sigo perdonando las cicatrices que queman a veces en la piel. Pero después de tanto tiempo, siento al fin que ha llegado el momento, que he tocado la puerta correcta para poder solidificar ese yo que ha estado durmiendo por un largo rato. 

En esta memoria y cuenta solo puedo agradecer, con el corazón, con la piel, con el alma. Un año que ha tenido poesía en cada uno de sus días, donde saborear el dolor ha venido con el saboreo del amor, donde al fin levantarse de nuevo es algo pacificador y no torturador. 

Me llevaré los viajes, las canciones, las lágrimas, los errores, la lujuria, la pasión, el amor, los goles, las letras, los poemas, los días de trabajo, las risas, y la paz de este año. Lo atesoraré y los guardaré para cuando sea necesario recordar el cómo he llegado hasta aquí. 


Ahora sólo espero con ansias el misterio del futuro, que aunque como todo es incierto el mañana siempre es el mejor momento.


Como Gus, sólo me queda decir: ¡Adios! 








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