Meditaciones: VI Sobre Quién y Cómo Escribe
Suele ser difícil terminar cualquier escrito, normalmente intento cumplir una especie de horario y también intento motivarme ya sea con una canción o con una cerveza para despertar la inspiración. Hoy tal vez elegí el peor camino para inspirarme a terminar una meditación que tengo sobre la política y el mundo en general. Es algo que he pensado durante muchos años de mi vida, claro está, los conceptos se han ido modificando a través del tiempo, he madurado más, he aprendido nuevas cosas y tengo muchas opiniones nuevas. Pero la base de lo que quiero decir parte de: La política hoy en día pareciera ser lo mismo que ser fanático de un equipo de fútbol. Ha estado desde hace muchos años, una opinión que he desarrollado sobre todo desde fines del 2015, aunque para ese entonces la metáfora no era el fútbol. Pero la modernidad me ha llevado a ver eso, el mundo se mueve en formas extrañas hoy en día, cada año trae algo nuevo y no siempre es bueno, la sociedad está enferma y se ve que es un proceso largo recuperarla.
Todo esto me hace pensar en lo engorroso que es entender al cerebro. Tener ideas atascadas ahí, que parecen esperar el tiempo de Dios para salir y ser libres. Es un proceso con el que he vivido desde el 2011 que empecé a escribir, y es por eso mismo siempre he tratado de escribir corriendo, como si mi vida dependiera de huir lo más rápido posible, porque la persona que soy cuando escribo no es la misma en cierto modo que la que vive a diario. Es como si yo fuera un recolector de ideas para eso que escribe por mí. Hay grandes posibilidades de que por eso, mi letra sea horrenda, porque vamos a destiempo. Sin embargo hago un trabajo arduo en ponerme siempre en sintonía con quien escribe, porque al final si soy la tinta al menos debo cuidar lo que se escribe con ella.
Esto parece ser una queja, pero para ser más honesto diré que también es para explicarles cómo es mi proceso creativo, así ha nacido todo lo que he escrito. Al final, tengo que llegar a un punto de acuerdo con quien escribe, porque ante todo, soy justo. Así ha nacido varias historias que lograron tomar forma de libro. Por ejemplo, para seguir hablando del tiempo: Un Verano nació en el 2015, primero fue un libro de poemas que no eran poemas, no tenían nombres sino fechas cómo títulos. Esos poemas los escribí entre julio y agosto del año mencionado. En ese entonces, escribía peor, no tenía nada de experiencia en poesía por más que leía. Entonces llegó un poeta al cual le mostré un poco más de 40 poemas que según yo eran poemas, a explicarme lo que es la poesía; la poesía es la expresión en símbolos, tienes que expresar lo que sientes o piensas a través de símbolos. Entonces me explicó cómo un lobo puede representar la soledad y cómo el sol podría representar la pasión que te puede quemar, así y otras cosas. A todas estas, no recuerdo el nombre del poeta que de todo corazón le agradezco, porque aunque no estábamos alineados en otros campos ideológicos, me hizo entender muchas frases de Borges que había leído… En todas esas hablaba de símbolos.
Después de ese suceso me puse en marcha con quien escribe, y rápidamente empezamos a editar los poco más de 40 poemas que teníamos. Le dimos nombre a cada uno, y encontramos los símbolos para cada uno. Un Verano, terminó siendo un libro con más de 80 poemas que hoy en día pocos me gustan, tuvo un cambio de significado y es que Un Verano tardó cinco años en salir, y creanme que cinco años es suficiente para que una vida cambie completamente. Por eso es que ese libro debo reescribir desde el principio al final, y volveré a agradecer a Borges, Hemingway y a Uslar Pietri, pero de una manera más sincera.
Hoy en día vivo en una especie de contrato con quien escribe, cada vez nos damos más espacio. Cada vez nos damos más libertad lo cual nos lleva a ser más sinceros a la hora de expresarnos, cada vez ocultamos menos cosas, somos más directos y soltamos más las cosas que queremos decir, porque cada vez nos importan menos las barreras que nosotros mismos nos hemos impuesto.
Con todo esto dicho, voy terminando este escrito. Debo agregar que seguiré robando a todos los artistas que me inspiran, desde Sabina hasta Murakami. Seguiré apoyándome de cualquier referente que ame, del alcohol y de las noches. Seguiré escribiendo a mano, para después pasarlo al digital y así poder hablar con quien escribe.
Y ahora que termino de leer todo esto que escribí…
¿Y las musas?
Comentarios
Publicar un comentario