El Fuego en el Invierno

 Parece ser que el invierno también puede arder.

Como si la vida, en verdad fuera una película,
o como si el ser escritor trajera la poesía a mis días,
así, de la nada.

Suena Oasis de fondo,
para ver qué actitud tomo para el asunto.
Como si la pandereta de Liam pudiera darme alguna respuesta,
y no, sé que no,
pero que suenen de fondo me hace pensar
que también es una banda que compartimos.

¿Cómo se encaran las casualidades?
¿Las coincidencias?
¿Las cosas tan obvias que parecen una fantasía?

Puede que todo sea obra de que el fuego se encuentre con el fuego,
o también la suavidad del balance que traen los vientos.

Pudiera ser también un Cerati a lo lejos,
enviando señales luminosas.

Puede ser cualquier cosa.

Tal vez los árboles también puedan danzar en invierno,

puede que el sol sea aún mejor,
porque brilla entre el hielo cómodo
que me gusta en las mañanas.

Porque en el invierno se disfrutan más
las cosas que calientan:

el café sabe distinto,
el mate despierta otro sabor,
y la cama se siente infinita.

Me pregunto,
imaginando aquel cielo en las montañas,
lleno de constelaciones y misterios...
¿Qué trae el invierno?
¿Qué historias guardan los árboles
que no se dejan morir por el frío?
¿Nos contarán del baile que podría traer el fuego con fuego?
¿Nos susurrarán las melodías de los vientos,
llenos de paciencia?

Será llenarse de valor
y no dejar que ningún tipo de miedo interfiera.

Será ser cauteloso pero libre,
ya que...
el fin de la pasión
es que lo oculto se vea.