Meditaciones: V Emigrante
Debo aceptar que ha sido un tema que ignoré por completo. Ahora que volteo para ver cuánto ha sido el tiempo transcurrido; observo los años que tal vez deba tomar de cierta manera por perdidos.
De casa me fui con 22 años vividos. No pensé con ningún tipo de detalle o profundidad el precio que iba a pagar por tal decisión. No sabía que me encontraría con ahora casi nueve años sin ver a mamá (cuando había calculado cinco). No pensé tampoco con frialdad lo que sería vivir sin mis amigos, porque ya igual todos estábamos tomando decisiones que nos alejaban, como tres ya habían volado yo también me animé.
Irme de casa se convirtió en una confusión grande. Porque no estoy seguro si extraño comer pan dulce con crema de leche, ir al estadio o desordenar el apartamento (que a estas alturas no lo haría o sí). No sé si extraño la ciudad que fue mi hogar, porque quién vivió allí ya no existe al igual que los recuerdos que tengo de las esquinas de mi amada San Cristóbal. Porque aunque pareciera que mi cuerpo la recordara, ya nada es igual. ¿Pero entonces? ¿Es Georgia mi hogar? Why Georgia cantaría John Mayer.
La verdad es que después de haber escrito tantas historias aquí, hay días que siento que puedo envejecer en las montañas del norte. Pero siempre hay un pero, hay semanas que me siento un apátrida, que no soy ni de aquí ni de allá y aunque no veo noticias a veces la piel y la vida me recuerda que soy un migrante más. En ese exacto momento es cuando se hace pesado los años por fuera, porque desde entonces no he estado más que encontrándome.
Miro al pasado para ver todo lo que he caminado para no preguntarme si mis decisiones fueron correctas o no, sino para decir aquí sigo y seguiré. No puedo cuestionar lo que ya está hecho. Acepto que algunos sueños sucedieron pero en otra realidad. Así logro seguir en el presente donde he dado con la idea de que mi hogar es donde mis pies están. Aquí o en San Cristóbal, aquí o en cualquier otra ciudad. Estaré conmigo donde toquen mis pies. Porque aunque me convertí en un migrante ni yo ni las personas que me aman, necesitamos de un pasaporte para estar en mi corazón.
Dicho esto, espero con cierta confianza por el futuro, que la confusión de los tiempos se aclare, para no dudar si soy de aquí o de allá.
Al final, yo soy yo.
A los multiversos,
A mi abuela y a Ángel.
Por todo lo que pasó y que alguna vez pude sentir que pudo ser diferente.
😭😭😭
ResponderEliminar