Notas Desde Oregón Pt 2
Life Is Strange
Recuerdo cuando pasé Life is Strange, fue hermoso pasear por los paisajes que tiene la costa oeste en un juego a pesar de que fueran ficticios. El juego me dio una visión de Oregon, y la segunda parte de Washington. Fueron juegos tristes que me tocaron fibra.
El juego necesitaba de decisiones, cada vez que avanzaba se volvían mas difíciles, pero no importaba. Se pudo concretar finales que llenaban un poco las expectativas.
Hoy en día, siento que he venido acá a comprobar lo real de estos estados, como si estuviera jugando tomo las decisiones en cada momento que vivo acá.
Sin duda alguna siempre hay una nostalgia detrás de cada decisión
Eso me hace pensar lo importante que fue decidir juntos, sea en un juego o sea en la vida real, supongo que era el espacio para ver cómo podríamos resolver problemas futuros, o simplemente poníamos a prueba nuestra comunicación. Pasamos horas frente al televisor viendo cómo el guion nos volvía cada vez mas cuidadosos, algo que dábamos por hecho es que queríamos el final mas cercano a la felicidad y creo lo logramos.
Después de haber venido a Oregon por una primera vez y experimentar esos escenarios que el juego nos brindó, ahora vengo una segunda vez con la diferencia que ahora juego solo y se siente cómo si este fuera un nuevo camino que el juego abrió por nuestras decisiones.
Ya no hay dibujos para mí o de nosotros. Se acabó las burlas por mis franelas "feas" de fútbol. Se acabaron los sándwiches de madrugada y también los cigarillos bajo el frío. Ya no hubo más halagos para mis ojos caídos y oscuros. No pude contar más las mismas historias y ya no tengo copiloto como tampoco ya soy piloto. Las risas escandalosas se perdieron como los "si eres bobo" también. Obviamente se acabó Oregón para dos porque pudimos elegir el final feliz para Chloe y Max pero el nuestro tal vez fue más parecido a uno de los tantos de los hermanos Díaz...
Y eso lo sabrán quién jugó los video juegos y nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario