Fantasma en Irlanda.
No saben lo ocurrente que es ser un espectador. Hace mucho tiempo, o quitemos mejor el tiempo. Un día, o hace una vez, yo estuve en Irlanda. No la conocía, sigo sin conocerla, pero he leído mucho de ella, de todo lo que es el Reino Unido, siento que allá está la magia, y bueno, yo estuve allí como espectador y eso es parte de la magia que tiene UK. Cuando empecé a recorrer las calles en las noches, podía ver el verde por todos lados, no importaba la oscuridad, se veía todo con claridad. Estaba ansioso de husmear en todos los alrededores, empecé por mis sitios de preferencia: los bares. Llegando a uno, vi cómo el folk atrapa a la gente y le inventa historias. El folk también es verde, se los aseguro. Varios tipos con guitarras hicieron de la noche una espléndida velada, donde vi a la gente emborracharse con tanta felicidad. Fui a otro bar, y pasó lo mismo, habían tipos tocando, pero esta vez con más amor, con más romanticismo. Aquí vi el amor irlandés, y el no irlandés, vi la magia del amor que también toca el verde. Hubo una pelirroja con un chico tal vez del otro lado del charco, para ser más franco: del sur. Andaban allí comunicándose como podían, comentando sobre la música, sobre las historias de sus países. Ella le hablaba de su pasión por los castillos regados del reino, que quería hacer un tour y conocerlos todo, estar cada día en uno y recrear una historia, tomar una foto y si cabía el chance, retratar. Él estaba embelesado, ya había dicho sí con esa mirada atenta hacia la boca de ella. Por otro lado, él empezó hablar sobre por qué había llegado a Irlanda. Explica que en su tierra también hay magia, que es distinta, que hay pirámides y playas de ensueño, que hubieron tribus que crearon calendarios y que tenían estudios avanzados, habla sobre los antiguos dioses y que él quisiera vender libros hablando de las cosas que ha imaginado a raíz de ello, que eligió ir a Irlanda por esa misma fantasía, porque ama los reyes y que sabe que los reyes son verdes, de campos largos, donde las estrellas actúan como guías y cada familia tiene un castillo. Ellos, ambos, fueron Forrest Gump; "Jenny and me was like peas and carrots."
Tuvieron un final más feliz.
No había rastros de la soledad, paseé las calles, hasta que se hizo de día. Vi a gente enamorándose, pasando de estar solo a tener amigos, gente abrazándose nada más por el momento, por las cervezas, vi a los músicos ser feliz por tanto calor, la gente de los restaurantes contentos. Hasta los tipos malos que fuman siempre pegados a una pared sonreían. No había ningún rastro de la soledad. Solo tradiciones y cosas felices. Llegando a la mañana empezó a llover, y ver cómo algo tan verde se convierte en gris, es glorioso, porque no dejó de ser lo que es.
Fui a Irlanda como un fantasma, muerto de la envidia por estar en esas calles. No hablé con nadie, no tomé ni comí ni me enamoré de nadie. Yo sólo merodeé por ahí, sin ni siquiera mover un dedo. Yo soy unos de los fantasmas que pasean Irlanda ciertas noches, mi pena es no viajar allá de verdad.
Uno de los lugares a los que deseo viajar ♡
ResponderEliminarzi
EliminarAlgún día tenemos que ir
ResponderEliminara todo el reino unido
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