BERENICE

 Arrancarse la oscuridad para encontrar un balance con la luz fue una tarea difícil. Al igual que poder rencontrarse con ese apellido que pensabas fallido, tomarlo y darle un nuevo significado, el tuyo .  A lo largo del año he tenido que salir herido para que al momento de curar esas heridas, como si fuera un guerrero poder salir mas fuerte. En eso podría resumir un año lleno de un camino largo de introspección, uno donde pude recordar y conectar nuevamente con Cerati, que sin duda alguna es parte de mi ser. Un camino donde pude evocar esa pasión por la pelota, uno donde me permitió leer con goce y escribir con la tinta permanente de mi sangre.  Encontrarme ha sido necesario para poder seguir creciendo, para quitarme las ataduras que da el pasado, quitarme esos vestigios que parecen ciclos interminables, que puedo decir: Lo son, terminan. Así que puedo comprender con mas suavidad los errores que no son míos, pero que a veces se cuelan en la sangre. Así también termino de ...

  Tal vez si fueran los 70s y 60s no me importaría volver al cigarro, sin dudas fumaría sin preocupación. Vestiría sin pensar tanto, porque no había tanto estilos en ese entonces. Seguro iría con más rapidez a una chaqueta negra, una franela presentable, una boina.  Ir al bar sería barato, y escribir fumando en cualquier sitio sería de lo más normal. Aunque siendo sincero, que no se pueda fumar en cualquier sitio es necesario, por más que a mí me encanta el olor a cigarrillo no podría aguantar un vuelo lleno de humo, o eso digo yo, que ahora no soy un fumador.  Sigue habiendo la necesidad de escribir sobre la política, sobre el mundo actual. Se sigue escribiendo sobre amor y desamor, en eso no cambiamos nunca, porque al final por eso vivimos. En este ámbito no necesito regresar al pasado, sigue teniendo la misma mística, siguen habiendo los mismos miedos, se sigue cometiendo las mismas estupideces. Irónico que las emociones trascienden el tiempo. Pero es así, como así tam...

  Fue un camino lleno de heridas, una batalla campal y sin cesar si me preguntan.  Se tuvo que viajar hasta el fondo más oscuro  para poder ver nuevamente una luz que trajera paz. Se tuvo que dudar, de todo, hasta de uno mismo. Se vació lo que se tenía que vaciar entre alcohol y excesos.  Conocer a tu peor enemigo en el espejo, reconocer lo bueno y lo no tan bueno..  Hubo que hacerse amigo del tiempo por más que fuera un hijo de puta.  Se gastaron canciones y poemas, tal vez letras que han quedado en el olvido. Se hizo un viaje, se saboreo la perdición, la locura para poder volver. Después de tanto y de tan poco,  se quebró el hechizo.  ¿En qué momento exacto fue? No importa, porque parece que nunca pasó.  Se rompió el hechizo y ni siquiera  hay rastro de algo mirando hacia atrás.

 Parece ser que el invierno también puede arder. Como si la vida, en verdad fuera una película, o como si el ser escritor trajera la poesía a mis días, así, de la nada. Suena Oasis de fondo, para ver qué actitud tomo para el asunto. Como si la pandereta de Liam pudiera darme alguna respuesta, y no, sé que no, pero que suenen de fondo me hace pensar que también es una banda que compartimos. ¿Cómo se encaran las casualidades? ¿Las coincidencias? ¿Las cosas tan obvias que parecen una fantasía? Puede que todo sea obra de que el fuego se encuentre con el fuego, o también la suavidad del balance que traen los vientos. Pudiera ser también un Cerati a lo lejos, enviando señales luminosas. Puede ser cualquier cosa. Tal vez los árboles también puedan danzar en invierno, puede que el sol sea aún mejor, porque brilla entre el hielo cómodo que me gusta en las mañanas. Porque en el invierno se disfrutan más las cosas que calientan: el café sabe distinto, el mate despierta otro sabor, y la cama s...

Tal vez con la 19, fue una de las mejores épocas de Messi.  Y yo, a los 19, tal vez estaba viviendo una de las mejores etapas de mi vida. Entre canciones de Soda Stereo y de Calamaro, entre cigarros que tuve que volver y dejar, entre cervezas y licores baratos. A los 19 estaba saboreando una parte de la vida, estaba decepcionando a mis padres  y al mismo tiempo conociéndome.  A los 19,  ya era todo un poeta un enamoradizo un apasionado.  El Barcelona,  La selección, Táchira, Cerati, Borges, Saramago y Poe, también Neruda y Benedetti. Los Mesoneros, Zapato 3, Love of Lesbian, y muchas bandas más.  La época de caminar con miedo y al mismo tiempo sin la época de ser tacaño para los taxis, la época de entrar y dejar la universidad, la época de una larga espera, los 19 eternos, porque tal vez duraron hasta los 21.  Donde la insensatez reinaba,  donde las emociones explotaban. Donde no había espacio para ser tan racional. no, Era todo emocional....

  Preciso recordar muchas cosas en este día. No sé si fué el viaje corto en la camioneta, donde nuevamente pareciera que la carretera me contara cosas, o recordara. Puede ser que haya sido eso, porque justo en el volante, nacieron las ganas de hablar sobre los treinta. Físicamente me he dado cuenta que he ido cambiando, que ahora cuestan muchas cosas y que agarrar ritmo no es tan fácil como antes. En el fútbol veo cómo mi desorganización física me está cobrando, y me dice que he sido un descarado. También veo cómo poco a poco, me he ido calmando. No sé si un mes de reflexión basta, aunque creo que lo he meditado durante dos años prácticamente, tal vez un poco más. Pero también, siento el alejamiento hacia los vicios en general.  No sé si es que al fin puedo escuchar lo que el cuerpo me pide, o lo que el alma me implora. Pero poco a poco veo un cambio gigante. Tal vez es la altura del piso 30, que me trae una mejor visión de mi alrededor, que me trae contratos de paz para firma...

  Un escrito para recordar lo que no he escrito.  O tal vez puede que algunas ideas sí. Como esa en la que hablo en cómo se me exaltó el corazón con tan solo una foto. Un escrito para recordar lo que he dicho y he grabado, cómo esos discursos sobre la libertad y sobre el tiempo. El arte para abordar la vida, el arte para huir de la vida. Entonces, las letras, los hechos, las dudas. Tantas cosas como para resumirlo en injusticias en verdades, en mentiras.  ¿Cuántas veces no he hablado sobre las preguntas que no serán respondidas?

 Antes de dormir siempre agarrara su tetera, pone un poco de agua, tal vez unas ocho onzas. Elige un té que lo relaje, ya que los días son lo suficiente jodidos para poner tensa su espalda, también su cuello. Su mano soba por lo menos unas diez veces el cuello y sus cabellos antes de dormir, piensa en el pasado, imagina que fuma un cigarrillo y suspira... Suspira mucho, como si en cada suspiro hubiese una historia más triste que la otra. Vuelve a fumar imaginariamente. Todo esto mientras el agua se está para el té, y cuando al fin lo empieza a servir, echa andar un cronómetro de tres minutos para dejar la bolsita de té seleccionada. Si sigue la ansiedad, comienza a pensar sobre qué puede ver, así el té le hace compañía mientras ve algo en la TV. Ya cumplido los tres minutos, saca la bolsa y la bota, empieza a soplar la taza del señor gato, una de sus preferidas. Toma de a sorbos, y llena de jazz la casa. Mientras toma el té, el tiempo se detiene, el humo que sale de la taza anuncia...

 Estopa suena de fondo;                                                                                                                          recuerdo todas las cervezas que pude beber en San Cristóbal.  Creo que jamás menciono a mi ciudad. Y es que tantos años han pasado ya. Pero Estopa es mi padre es mi vieja ciudad mi cuarto, son besos, Tal vez un viejo amor.  Pero sobre todo: es yo.  Porque también son bastantes años ya, escuchándolos a pesar de que intentaron alejarnos. Siguen aquí, tal vez como un camarón.  Buscando la manera con absurdas melodías, con un Ya No Me Acuerdo en la garganta o con los Ojitos Rojos... Suena Estopa de fondo, y vaya que me ...

 Me veo en la necesidad de hablar con Murakami.  Me parece un peligro lo que su imaginación y visión del mundo, puede causarle a la gente, o por lo menos a mí.  Hoy ha sido la segunda vez, que veo una película  que es basada en un libro de Murakami. Y es la segunda vez, que termino quebrado.  Ha sido fácil dejarme un hueco en el pecho,  ha sido muy fácil alborotar mis pensamientos.  Tanto, que las ganas de fumar volvieron. Siento que envejecí un poco intentando entender el dolor y la resignación que Wanatabe vivió. Pero no fue sólo intentar entender, era también comprender lo que estaba sintiendo. El corazón latía, y en la sangre corría una ansiedad inexplicable. Tuve que caminar un rato, e imaginar que fumaba un cigarrillo.  Porque ¡Dios! no quiero volver a caer en esos viejos vicios. Pero en toda novela de Murakami, nacen las ganas de fumar, o de servirse un whisky con soda, o a las rocas. En sus novelas se encuentra el Jazz y la sensualidad, cl...

 A la salud de Poe, entregado siempre a su cuervo que me cuida, que evita que me vuelva loco. Así las noches se hacen acogedoras y aunque sean eternas,  pasan rápido. A la salud de Poe, siempre. Que siempre me encuentren sus cuentos y poemas que están pintados con una oscuridad llena de paz  e irónicamente también con destellos de luz. Que los tragos de cualquier licor den  con esa misma inspiración que él  entre velas y tinta encontraba.  A salud de Poe, que dio tanto  y recibió poco. A salud de Poe, que ahora es inmortal y en las manos de muchos siempre está. Que el corazón no nos delate que ningún gato pierda algún ojo que sigan de moda las máscaras rojas que paren los crímenes de la calle Morgue. Y que Leonora, esté en paz... ¡No, nunca más!

 En Marwan descubrí la poesía moderna. Encontré un lugar seguro donde pude calmar mis mares, pude agarrar las palabras que me faltaban para describir lo que un chico de 20 años podía sentir en ese momento. Aprendí que mis dedos son escopetas llenas de amor también que tengo sueños sencillos  que creo en los amores imparables. También decir que gracias a un día de estos pude volver a enamorarme y que fue tan rápido que pude decir a los meses: todos mis futuros son contigo. Podría llenar este escrito con todos los títulos de canciones que me encantan, de los poemas que me han desgarrado y hecho estar enamorado. Ese es el poder increíble del cantautor, del escritor, del poeta. Hacernos sentir escuchados, entendidos, son la compañía mas honesta y leal, porque están allí sin esperar nada, nos dan todo a través de canciones, de escritos y nosotros simplemente lo hacemos nuestro. Marwan y sus consejos, desde los 20 años, tal vez 19. Desde entonces, deseché dos de sus canciones y lo v...