Vino y Arte

 El vino y la noche, también la música, como si uno pudiera vivir lejos de esto. La verdad es que no porque tal vez estamos hechos de esto, de la noche del vino y la música, de la tranquilidad que trae ello. Puede que esta sea la meditación de los poetas, de los escritores, de los que sienten fuerte. 

Puede que sea uno de los tantos caminos para encontrarse, como si en una noche como esta pudieran revelarse los secretos del mundo, sin lugar a dudas podría encontrarse respuestas, encontrarse uno mismo entre las letras. Debe haber algo mágico detrás de estos elementos, del vino dulce embriagador, de la música nostálgica que te lleva a dar un paseo entre tus memorias y claro… La noche que es tan vasta como el mar, la noche que es el refugio de los perdidos así como también de la calma, claro que sí, hay algo detrás de todo esto porque si no, no hubiera explicación a tantas historias de amor y desamor que transcurren con estos elementos, es un lado de los tantos que tiene la humanidad y claro, un lado muy fuerte de los poetas, de los amantes del arte en general. 

Ay, tanto suspiros que se pueden encontrar a estas horas, así tan entregado al pensar, como si fuera necesario checar todas las decisiones tomadas hasta ahora, no queda más que tocarse la barba y mirar hacia al techo, hacer la paz con las manos temblorosas que gritan que quieren escribir, y lo estamos haciendo. 

Tal vez es hora de escuchar un par de poemas de Benedetti o de Marwan, puede que sea preciso leer las predicaciones de Borges porque él sólo dejó una guía para el futuro. Imaginar una charla con Neruda o Whitman, es la hora de irse apagando para que el vino no se convierta en una noche de Charles, para así irme tranquilo siendo Berenice.